sábado, 21 de mayo de 2011

El silencio y el ruido.

  Acabo de llegar a mi casa después de pasarme unas cuatro horas en un concierto, saltando, meneando la cabeza y haciendo "mosh". Esto, pese a acarrearme un infinito cansancio y dolor físico no basta para agotar mis fuerzas completamente, y a estas retrospectivas horas de la noche he sentido la imperiosa necesidad de escribir una entrada en mi blog. Si... y si no lo consigo no pegaré ojo esta noche.

  Debido a que vengo de escuchar música; Dio, Iron Maiden, Ozzy Osbourne, Survivor, ACDC, Van Halen y muchos otros más se pasean por mi cabeza y me impiden pensar en otra cosa que no sean sus canciones. Canciones, solo pienso en canciones. Pero entre todas esas canciones un odioso pitido en los odios aun me recuerda que estuve demasiado cerca de los altavoces. Ese molesto lamento producido por mis resentidos tímpanos es lo único que realmente escucho ahora, cuando a las tres de la madrugada todo el mundo duerme en mi casa y no se escuchan coches circulando por la carretera. Y me recuerda que no estoy aislado, solo y que estoy vivo, pues el completo silencio es algo que puede ser angustioso.

  Todos los sonidos nos recuerdan algo, algunos son cosas tan simples que no solemos fijarnos, como por ejemplo el ya nombrado silbido que estoy padeciendo dentro de mi cabeza, otros nos evocan recuerdos, nos hacen sentir mal, nos hacen llorar, nos aterran, nos hacen reír... El sonido de mis prestos dedos que teclean aprisa todo lo que mi mente les ordena. Lo que me hace sentir creador de "algo" en estos momentos nocturnos. 

  El silencio suele ser sinónimo de soledad y de muerte. El ruido de gentío y vida.
 
    Si te encuentras solo el silencio se apodera de ti y te hostiga sin piedad haciéndote sufrir como si cada palabra que no escuchas fuese gravada en tu corazón con un hierro incandescente. Pero siempre puedes hablar solo para engañar a este segundo, ha costa tal vez de porciones de cordura.

   Si te encuentras con más gente el dialogo, las risas, el llanto en ocasiones te rodean. Pero solo a veces, cuando de verdad conoces a alguien puedes comunicarte con la mirada, dejando atrás cualquier sonido e instaurando voluntariamente el temido silencio para poder mofarte de él. Pues entonces el fantasma que en soledad nos hacia sufrir se ve ahora mermado, porque cuando dos personas sienten mutua complicidad siempre se acompañaran aunque sufran las peores desgracias.

1 comentario:

  1. Pues yo si te digo la verdad, solo soy capaz de escribir arropada por el silencio de la noche.

    ResponderEliminar