martes, 24 de mayo de 2011

Hania Lee - Alice Is Dead


Hoy incluyo en este blog una canción que a mi me ha llegado mucho. Se trata de la sintonía de un minijuego: Alice is Dead Chapter 4. Jugué hace mucho tiempo a esta aventura gráfica en flash la cual recomiendo encarecidamente a todo aquel que se aburra en demasía. Básicamente trata de que Alicia ha muerto. tu  has perdido la memoria y tienes que investigar el asunto. Dejo el link de la canción del juego, interpretada por Hania Lee, una chavala que canta y toca el piano. La canción la tengo gracias a que una amiga (Thanks Erzsébet ^^) Cada vez que la escucho me dan escalofríos.





(Alice is dead)
I want you to know
That you’ve fallen through a hole in the sky
The strangers welcome you (welcome you)
As you lose your sanity, they touch your soul
Let them into your mind
Let them into, let me in you…
I want you to know that the smoke bellows our the depths of the pipe
Caress you, it makes you believe anything
All the truths, all the lies
Let them into your mind
Let them into, let me in you…
Let them into your mind
Let them in too, let me in you…
Magic potions, grinning fur
It’s all a blur, it’s all a blur
Magic poisons, royal tea
Run screaming, run screaming to me
I want you to know (Alice is dead)
I want you to know (Alice is dead)
Let them into your mind
Let them in, too.
Let me in you.


sábado, 21 de mayo de 2011

El silencio y el ruido.

  Acabo de llegar a mi casa después de pasarme unas cuatro horas en un concierto, saltando, meneando la cabeza y haciendo "mosh". Esto, pese a acarrearme un infinito cansancio y dolor físico no basta para agotar mis fuerzas completamente, y a estas retrospectivas horas de la noche he sentido la imperiosa necesidad de escribir una entrada en mi blog. Si... y si no lo consigo no pegaré ojo esta noche.

  Debido a que vengo de escuchar música; Dio, Iron Maiden, Ozzy Osbourne, Survivor, ACDC, Van Halen y muchos otros más se pasean por mi cabeza y me impiden pensar en otra cosa que no sean sus canciones. Canciones, solo pienso en canciones. Pero entre todas esas canciones un odioso pitido en los odios aun me recuerda que estuve demasiado cerca de los altavoces. Ese molesto lamento producido por mis resentidos tímpanos es lo único que realmente escucho ahora, cuando a las tres de la madrugada todo el mundo duerme en mi casa y no se escuchan coches circulando por la carretera. Y me recuerda que no estoy aislado, solo y que estoy vivo, pues el completo silencio es algo que puede ser angustioso.

  Todos los sonidos nos recuerdan algo, algunos son cosas tan simples que no solemos fijarnos, como por ejemplo el ya nombrado silbido que estoy padeciendo dentro de mi cabeza, otros nos evocan recuerdos, nos hacen sentir mal, nos hacen llorar, nos aterran, nos hacen reír... El sonido de mis prestos dedos que teclean aprisa todo lo que mi mente les ordena. Lo que me hace sentir creador de "algo" en estos momentos nocturnos. 

  El silencio suele ser sinónimo de soledad y de muerte. El ruido de gentío y vida.
 
    Si te encuentras solo el silencio se apodera de ti y te hostiga sin piedad haciéndote sufrir como si cada palabra que no escuchas fuese gravada en tu corazón con un hierro incandescente. Pero siempre puedes hablar solo para engañar a este segundo, ha costa tal vez de porciones de cordura.

   Si te encuentras con más gente el dialogo, las risas, el llanto en ocasiones te rodean. Pero solo a veces, cuando de verdad conoces a alguien puedes comunicarte con la mirada, dejando atrás cualquier sonido e instaurando voluntariamente el temido silencio para poder mofarte de él. Pues entonces el fantasma que en soledad nos hacia sufrir se ve ahora mermado, porque cuando dos personas sienten mutua complicidad siempre se acompañaran aunque sufran las peores desgracias.

viernes, 20 de mayo de 2011

Eloísa está debajo de un Almendro - Enrique Jardiel Poncela

   Debía colgar esto. Pertenece a una obra maestra; Eloísa está debajo de un almendro, de Enrique Jardiel Poncela. Una comedia de humor absurdo, en la que se desarrolla una intrigante historia detectivesca que no tiene desperdicio. Humor sin sentido, personajes alocados y situaciones incoherentes cargadas de emoción.  Una obra que recomiendo encarecidamente a toda aquella persona que pueda permitirse jactar de tener un sentido del humor fino y disparatado.

   En este fragmento, Fermín, el mayordomo de la casa del señor Edgardo, acompaña y enseña las costumbres de la casa a Leoncio, el futuro sustituto de Fermin. El pobre Fermin lleva cinco años trabajando para Edgardo y planea dimitir ya que en esa casa... digamos... que nadie esta muy bien de la cabeza...

---------------


EDGARDO.—Ya era hora, hombre. (Mirando de alto abajo a Leoncio.) Conque ¿éste es el aspirante?
FERMÍN.—Éste, señor.
EDGARDO.—Tiene algo cara de tonto.
FERMÍN.—Como al señor no le gustan los criados con demasiada cara de listo...
EDGARDO.—El justo medio es lo prudente. ¿Se va imponiendo en las costumbres de la familia?
FERMÍN.—Poco a poco, porque sólo llevo enseñándole desde este mediodía por si al señor no le gustaba, y como la cosa no es fácil...
EDGARDO.—No es fácil; lo reconozco. (A Leoncio.) ¿A ver? Acérquese...
FERMÍN.—(Aparte, a Leoncio.) El interrogatorio misterioso... Cuidado con las respuestas.
LEONCIO.—Sí, sí...
EDGARDO.—¿De dónde es usted?
LEONCIO.—De Soria.
EDGARDO.—¿Qué color prefiere?
LEONCIO.—El gris.
EDGARDO.—¿Le dominan a usted las mujeres?
LEONCIO.—No pueden conmigo, señor.
EDGARDO.—¿Cómo se limpian los cuadros al óleo?
LEONCIO.—Con agua y jabón.
EDGARDO.—¿Se sabe usted los principales trayectos ferroviarios de España?
FERMÍN.—(Interviniendo.) Hoy empezaré a enseñárselos, señor.
EDGARDO.—¿Qué comen los búhos?
LEONCIO.—Aceite y carnes muy fritas.
EDGARDO.—¿Cuántas horas duerme usted?
LEONCIO.—Igual me da dos que quince, señor.
EDGARDO.—¿Fuma usted?
LEONCIO.—Cacao.
EDGARDO.—¿Sabe usted poner inyecciones?
LEONCIO.—Sí, señor.
EDGARDO.—¿Le molestan las personas nerviosas, de genio destemplado y desigual, excitadas y un poco desequilibradas?
LEONCIO.—Esa clase de personas me encanta, señor.
EDGARDO.—¿Qué reloj usa usted?
LEONCIO.—Longines.
EDGARDO.—¿Le extraña a usted que yo lleve acostado, sin levantarme, veintiún años?
LEONCIO.—No, señor. Eso le pasa a casi todo el mundo.
EDGARDO.—Y que yo borde en sedas, ¿le extraña?
LEONCIO.—Menos. ¡Quién fuera el señor! Siempre he lamentado que mis padres no me enseñasen a bordar, pero los pobrecillos no veían más allá de sus narices.

jueves, 19 de mayo de 2011

Oda I

  Salgo de mi cueva con la luz del alba,
me desperezo, inicio la cacería.
Con mi afilada garra que nadie salva
ataco a mis presas, no siento empatía.

  Me oculto con sigilo entre la maleza,
pues soy depredador por naturaleza.
A los candorosos humanos yo atraigo,
los hechizo y arrastro a mi oscura cueva.
Cuando en mi poder caen rehusan todo arraigo
 y los corazones rotos mi ira prueban.

  Todos temen mi pelaje rosa y malva.
Vuelvo a mi guarida al acabar el día.
Allí atormento a presos, rasgo sus almas,
los mantengo insonme, dolor, agonía.
Cada cierto tiempo se me escapa alguno,
no lo persigo, ya se que volverá.

 No hay trampa más eficaz que en la que la presa desea caer.
Pues si el hombre vive sin mi, vive en ayuno.
De sus mayores deseos yo soy el maná.
Quieren cazarme, me quieren someter,
más cuando creen que al fin me han dominado
ataco a traición y sin piedad los abato.

Hiendo sus tendones,
deboro el tejido blando,
y aun viven cuando,
mientras tarareo siniestras canciones,
poco a poco los desangro.

Les abro las entrañas
cual impía alimaña
y les robo el corazón.

Entre convulsiones de mi almuerzo me jacto,
pues aunque sueño con mi absolución
sigo pecando.

En mis dominios difuntos hay a mansalva,
culpables o inocentes, carnicería.
El hombre mi placentera obra enalba,
aunque luego corrompa su anatomía.

Soy un demonio que va de rosa y malva,
una bestia tierna, a la vez que amarga.
Primero salvaje, luego frío, y al final
es al irme cuando realmente hago daño.

miércoles, 18 de mayo de 2011

La Historia.

 La Historia no recuerda a las buenas personas. Solo a las malas y a las que simplemente, están locas.

 Cenando estaba cuando comencé a hablar con mi hermana de un peculiar profesor de matemáticas que tubimos el curso pasado: Pablo Lara. Doctor Don Pablo para los alumnos. Unos treinta y pocos como mucho. Era altísimo, los pocos pelos que aun conserbaba eran rubios y blanco de piel. Su cara la recuerdo bonachona pero con ojos vigilantes que te observaban desconfiados atraves de unas grandes gafas.

No debemos olvidar sus: "Es trivial", " Andate con pies de plomo" , "Estabais ociosos", "Cuadrito completo"...  Le hicimos una canción... " Nananana PABLO, Nananana PABLO, Nananana PABLO, Nana na na...

Pero... cuando lo conocimos mejor a todos nos calló bien. Se preocupaba por los alumnos y daba muy bien las clases. Era un buen chaval. Ahora tiene un hijo y vive por ahí lejos.

Supongo que nosotros le recordaremos siempre. Supongo que él no se acordará de nosotros. Los profesores tienen demasiados alumnos como para acordarse de todos ellos. Desgraciadamente, solo se acuerdan de los malos, los liantes, los que hacían el perla o los más raros...

En el mundo hay demasiadas personas como para que todas ellas consigan que su recuerdo prevalezca en los libros de texto. Desgraciadamente, la Historia no recuerda a las buenas personas. Solo a las malas y a las que simplemente, están locas.
Doctorado en matemáticas, el primer día de clase se presentó diciendos su titulación. Debíamos tratarle de usted y llamare "Doctor". Esto, como es evidente, hizo que toda la clase se mofara de él y que le cojiese manía. Unido claro está a la forma infantil de la que te regañaba. Cuando lo hacía sonreía y sus ojos brillaban.

sábado, 14 de mayo de 2011

¡Saludos!

Welcome, Ladies and Gentlemen, Boys and Ghouls! Step right up!

  ¡Este es mi Blog! Después de mucho cavilar y dale vueltas al coco he decidido que ya pensé las tonterías necesarias para publicarlas seguidas del sufijo .blogspot. Pensé un nombre ( Interludio... creo que transmite... ¿no?) , creé el sitio (Gracias a la ayuda de mi hermana e_e) y ahora me encuentro escribiendo esta primera entrada de bienvenida meramente protocolaria.

 Usare este espacio de Internet para... digamos que para mantener ordenadas mis reflexiones, aficiones, pensamientos y otros muchos tipos de chorrada que suelo generar a diario. No espero tener una gran cantidad de seguidores ni nada por el estilo... Me conformo con tener abierto el portal para poder releer en un futuro mis propias paranoias pasadas. Aun así, si por un casual te adentras en " Interludio" procurare que tu estancia entre mis lineas sea lo mas amena y entretenida posible con mis historias y maquinaciones, también recomendaré alguna canción, serie, libro, película... que me haya llamado la atención o no se que cosa mas os podréis encontrar aquí. El tiempo dirá.

 Y bueno, nada más, dicho esto, me prometo a mi mismo actualizar con periodicidad este espacio que hará las veces de ventana del mundo a mi.  ¡Salud y que seáis felices!